Irán Air mueve fichas: busca aviones y aliados ante un posible levantamiento de sanciones

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La aerolínea estatal de Iraní, Iran Air, está preparando su regreso al escenario internacional. Mientras siguen en marcha las conversaciones nucleares entre Teherán y Washington, la compañía se posiciona estratégicamente para capitalizar un eventual alivio de las sanciones que durante décadas han limitado su crecimiento, acceso a aeronaves modernas y alianzas globales.

Durante el último encuentro anual de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), celebrado en Nueva Delhi, altos ejecutivos de Iran Air aprovecharon la ocasión para establecer contactos clave. Según fuentes familiarizadas con las reuniones, se realizaron acercamientos informales con representantes de Japan Airlines, Vietnam Airlines y Royal Air Maroc. La naturaleza discreta de estos encuentros responde a la sensibilidad política que aún rodea los vínculos con Irán.

Contactos con Boeing y búsqueda de flota

Uno de los momentos más significativos del evento fue la presencia de Iran Air en una recepción nocturna organizada por Boeing. Aunque no hubo conversaciones comerciales formales —debido a las restricciones impuestas por las sanciones estadounidenses—, el gesto sugiere que la aerolínea está interesada en incorporar aviones de fabricación estadounidense si el marco legal lo permite.

Con una flota compuesta por menos de 50 aviones, muchos de ellos inoperativos, Iran Air se plantea duplicar su tamaño hasta alcanzar las 100 aeronaves. Para lograrlo, contempla tanto compras directas como la adquisición de aviones de segunda mano en mercados extranjeros.

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Según datos de Cirium, el promedio de edad de los aviones operativos de Iran Air supera los 20 años. El deterioro de su flota ha obligado a la aerolínea a utilizar piezas de repuesto provenientes de brokers internacionales y a realizar casi todas sus tareas de mantenimiento de forma interna, con el apoyo de talleres locales.

Una aerolínea atrapada entre sanciones y geopolítica

Las sanciones estadounidenses, en vigor desde la Revolución Islámica de 1979, han limitado durante décadas las operaciones de Iran Air, restringiendo la compra de aeronaves, componentes y tecnología de origen estadounidense o europeo sin autorización previa de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro de EE. UU. La Unión Europea también ha impuesto restricciones, y en 2024 prohibió a Iran Air volar dentro del bloque como represalia por el apoyo de Irán a Rusia.

Estas limitaciones han forzado a la aerolínea a mantener en el aire una flota anticuada, recurriendo al canibalismo de aviones inactivos para conseguir repuestos, lo cual ha incrementado los riesgos operativos y dificulta la certificación internacional de sus aeronaves.

Aliados estratégicos y nuevas rutas en Asia

Con Europa fuera de su radar por el momento, Iran Air busca expandirse en Asia. Está evaluando la apertura de nuevas rutas hacia China, Tailandia, Japón, India y Malasia. De hecho, ya ha conseguido incorporar dos Airbus A330-200 de segunda mano procedentes de China, aunque mantiene su preferencia por aeronaves occidentales frente a las opciones rusas o chinas.

Actualmente, aerolíneas como Emirates, Qatar Airways, Turkish Airlines y Lufthansa aún mantienen conexiones con Teherán, mientras que Iran Air intenta negociar acuerdos de código compartido que le permitan recuperar acceso a destinos vetados por las sanciones.

Una ventana de oportunidad

La posibilidad de un nuevo acuerdo nuclear y el reciente enfoque del presidente Donald Trump sobre pactos comerciales en Medio Oriente han abierto una pequeña ventana de oportunidad. Sin embargo, la postura firme del líder supremo iraní, Ayatollah Ali Khamenei, que recientemente calificó las exigencias de EE. UU. como “arrogantes”, sugiere que aún no hay un desenlace claro a la vista.

Aun así, el simple hecho de que Iran Air haya participado activamente en la IATA y haya restablecido contactos con actores clave indica que la compañía no espera pasivamente. Está moviendo piezas, tanteando el terreno y preparándose para un despegue que, tras décadas de aislamiento, podría marcar el inicio de una nueva era para la aviación iraní.

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