La aerolínea brasileña Azul recibió autorización de un tribunal estadounidense para salir del proceso de bancarrota y poner en marcha un esquema de reorganización respaldado por acreedores, una decisión que marca un punto de inflexión para la compañía tras más de un año de presión financiera.
Aval judicial para dejar atrás el Capítulo 11
Durante una audiencia celebrada el viernes por la noche en Nueva York, el juez Sean Lane confirmó que aprobaría el plan presentado, despejando el camino para que Azul abandone el Capítulo 11 a comienzos del próximo año. Esta resolución permite a la empresa avanzar con una estructura financiera revisada y con nuevos recursos de capital.
El acuerdo contempla una reducción superior a 2.600 millones de dólares en deuda y obligaciones relacionadas con arrendamientos de aeronaves, además de la captación de hasta 950 millones de dólares mediante inversiones en capital, según documentos judiciales.
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Inversión estratégica de aerolíneas estadounidenses
Como parte del proceso, United Airlines Holdings y American Airlines Group participarán directamente en el capital de la compañía brasileña. Cada una aportará 100 millones de dólares, lo que les otorgará un 8,5 % de la nueva participación accionaria una vez que Azul concluya su salida del Capítulo 11, de acuerdo con datos de Bloomberg Intelligence.
Este respaldo financiero se suma al apoyo mayoritario obtenido entre los acreedores, incluidos acuerdos con los principales prestamistas y con su mayor arrendador, AerCap, un actor clave dentro del esquema de reorganización.
Acreedores y bonistas aceptan conversión de deuda
El plan aprobado también establece que los tenedores de bonos, con aproximadamente 1.800 millones de dólares pendientes, aceptaron intercambiar esas obligaciones por acciones dentro de la empresa reorganizada. Entre los grupos que respaldaron esta iniciativa figuran BlackBarn Capital, Readystate Asset Management, Whitebox Advisors y DSC Meridian Capital, según una divulgación realizada en agosto.
Esta conversión busca aliviar la carga financiera y alinear los intereses de los inversionistas con el desempeño futuro de la aerolínea.
Aún pendientes autorizaciones regulatorias en Brasil
Aunque el visto bueno judicial representa un avance decisivo, la reestructuración todavía depende de aprobaciones regulatorias en Brasil. Así lo indicó un abogado de la compañía durante una audiencia previa celebrada el jueves, subrayando que el proceso no está completamente cerrado.
Contexto del proceso y situación del sector
Azul solicitó protección bajo el Capítulo 11 en mayo, tras enfrentar durante más de un año el aumento de costos y el impacto prolongado de la pandemia de Covid-19 sobre la industria aérea. En el mercado regional, Gol Linhas Aéreas Inteligentes recurrió a la justicia el año pasado, mientras que la estadounidense Spirit Aviation Holdings presentó bancarrota en agosto por segunda vez en menos de doce meses.
Una estructura preparada para un entorno desafiante
La compañía ha señalado que su balance fortalecido y una flota reorganizada la posicionan como una aerolínea “más robusta y resiliente”, capaz de enfrentar fuerzas económicas como la volatilidad en los precios del combustible, factores que contribuyeron a su ingreso en el Capítulo 11.
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