El nuevo aeropuerto de Cusco: «deuda pendiente» que amenaza al patrimonio.

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Perú iniciará en el segundo trimestre del año la construcción del nuevo aeropuerto internacional de Cusco sin el estudio de impacto patrimonial (EIP) que la Unesco solicitó al Gobierno con el fin de evaluar los daños que el proyecto ocasionaría al Valle Sagrado de los Incas.

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El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) informó a Efe de que para el segundo y tercer trimestre de 2021 comenzarán el movimiento de tierras y las obras principales, respectivamente, del Aeropuerto Internacional de Chinchero (AICC), a unos 30 kilómetros de Cusco, y que será la puerta de entrada para Machu Picchu, la principal atracción turística del país, reseñó EFE.

La nueva terminal, que podría llegar a recibir unos seis millones de turistas al año, es una oportunidad de oro para reactivar la economía y «derrotar definitivamente la pobreza» en la sureña región andina de Cusco, que vive casi exclusivamente de los turistas que visitan sus joyas arqueológicas.

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Pero el proyecto preocupa a entidades patrimonialistas de alcance global que, en las últimas semanas, ante el eventual inicio de las obras, intensificaron sin éxito sus esfuerzos para poner en jaque el AICC que, según denuncian, amenaza la preservación del santuario histórico de Machu Picchu, el Qhapaq Ñan (Camino Inca) y la ciudad de Cusco, tres sitios listados como patrimonio mundial de la humanidad.

A principios de febrero, la organización internacional World Monuments Fund envió una carta al presidente Francisco Sagasti rogándole que suspenda las obras hasta haber concluido el estudio de impacto patrimonial que la Unesco pidió en julio de 2019.

Unas semanas después, un tribunal de justicia admitió a trámite una demanda de amparo presentada por la asociación «Unión Ciudadana por la Defensa y la Valoración del Patrimonio Cultural y del Ambiente» que exigía la paralización del proyecto ante el «daño irreparable» que puede ocasionar en el patrimonio cultural y arqueológico de la región.

El plazo de entrega del EIP a la oficina de Naciones Unidas vencía en agosto de 2021, pero el Ejecutivo ya pidió en septiembre pasado una prórroga para presentar el informe, que encargó a la corporación estadounidense «Cultural Site Research and Management».

En su defensa, el MTC sostuvo a Efe que los sitios patrimoniales «no están dentro del área de influencia directa» del aeropuerto y aseveró que éste «cumple con todos los estudios necesarios para garantizar la no afectación a restos arqueológicos y medioambientales»

Más allá de la cuestión patrimonial, el aeropuerto también causó rechazo a asociaciones de pilotos, que advirtieron de que el emplazamiento reúne condiciones adversas para la salida de aviones, entre ellas el viento y la proximidad de montañas, a lo que el MTC dijo que «los procedimientos de vuelo diseñados son perfectamente viables»..

De hecho, la nueva terminal aérea se construirá a 3.699 metros sobre el nivel del mal y ocupará la duodécima posición en el ranking de aeropuertos a mayor altitud del mundo.

El MTC precisó que el proyecto, que supone una inversión de más de 670 millones de dólares, pretende recibir entre 4,5 y 5,7 millones de pasajeros anuales y crear más de 2.000 empleos directos y unos 3.000 indirectos, «beneficiando a más de un millón de personas».

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